A la vanguardia de la innovación, los smart buildings están a punto de marcar una diferencia duradera en la vida cotidiana de miles de empresas.

Si se acerca a las visiones futuristas pensadas e imaginadas por los directores de los mayores thrillers del siglo XX, el smart building alberga multitud de soluciones tecnológicas con ventajas diferenciadoras y competitivas para las empresas.

Así que es imposible que hagan oídos sordos. Pero, aparte de sus ventajas, ¿qué es realmente un “smart building? ¿Cuáles son las ventajas de optar por un edificio inteligente? ¿Y cuáles son los retos a los que se enfrentan las empresas? Descúbralo en este artículo.

¿Qué es un smart building?

Para comprender plenamente la construcción inteligente, debemos remontarnos a su base, la red inteligente.

Esta red eléctrica inteligente conecta los distintos sistemas eléctricos de un mismo espacio para crear una interconexión global. Con esta instalación, las tecnologías, por diferentes que sean, pueden comunicarse y trabajar juntas.

Como resultado, las redes inteligentes están allanando el camino a los smart buildings. Los smart buildings incorporan una serie de tecnologías, como IA (Inteligencia Artificial), IoT (Internet de las Cosas), BMS (Sistema de Gestión de Edificios), biometría, automatización de edificios y muchas otras, revolucionando el entorno de trabajo de antaño.

El objetivo es optimizar el confort, el bienestar y la seguridad de los ocupantes, mejorando al mismo tiempo la eficiencia energética del edificio.

Smart building : ¿cuáles son las ventajas para los empleados?

1.  Un entorno de trabajo más saludable.

No cabe duda : la crisis sanitaria de Covid-19 ha puesto de relieve la importancia de la calidad del aire interior (CAI) en los edificios. Es algo que se ha descuidado durante demasiado tiempo, a pesar de que pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados (en el trabajo, en la escuela, en casa).

Está claro que el aire puro no existe, pero diversos estudios han demostrado que la contaminación es mucho más frecuente en el interior de un edificio que en el exterior. Esto se debe a varias razones: contaminantes químicos (volátiles orgánicos, disruptores endocrinos), contaminantes biológicos (alérgenos de los ácaros del polvo, plantas y moho causado por la humedad), partículas y fibras (polvo, humo de tabaco, calefacción de combustible), así como contaminantes físicos (radón, por ejemplo, que se encuentra en muchos ambientes cerrados y es, por desgracia, una de las principales causas de cáncer de pulmón).

Aunque la concienciación sobre la importancia de la IAQ es reciente en España, la buena noticia es que está en auge. La razón es que una IAQ deficiente nunca es neutra para los empleados : puede provocar el síndrome del “edificio enfermo”. Es decir, picor de ojos, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, aumento de la fatiga, etcétera. Todo lo cual, por supuesto, repercute negativamente en la productividad de la empresa.

Ésa es una de las razones por las que los sensores inteligentes son parte integrante de los smart buildings. Gracias a estos sensores, los empleados pueden disfrutar de un entorno de trabajo más saludable.

Por ejemplo, con las avanzadas tecnologías que ofrecen los smart buildings, podemos combatir diversas alergias (polen, polvo, alérgenos, etc.) mediante sensores IoT que activan la purificación del aire. No está mal para los asmáticos y alérgicos. En la misma línea, los sensores de calidad del agua (WQ) también pueden advertir a los empleados de cualquier acumulación inusual de contaminantes.

2.  Una ventaja para mejorar el confort y el bienestar en el lugar de trabajo.

La inteligencia del smart building se basa en su capacidad para predecir e interactuar con su entorno. Combina datos de una amplia gama de fuentes e incorpora un sistema de automatización para optimizar el consumo de energía, maximizar el rendimiento del edificio y mejorar el confort de sus ocupantes.

Pero la verdadera fuerza del smart building reside en su capacidad de ofrecer múltiples servicios para mejorar el día a día y el bienestar de los empleados. Desde asistencia para aparcar y entrega de compras hasta reserva de espacios de trabajo, el edificio inteligente está diseñado para ofrecer múltiples servicios.

Un día normal en un smart building puede ser así :

      • En cuanto los empleados llegan al aparcamiento, la experiencia es digital. Una cámara lee la matrícula del vehículo que llega a la barrera del aparcamiento y autoriza el acceso si se ha hecho una reserva. La plaza se asigna dinámicamente, por lo que no hay que darse la vuelta para buscarla. Sharvy, por ejemplo, es uno de los pioneros de este tipo de solución SaaS, que se integra perfectamente en los smart buildings.
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      • Para acceder al edificio, ya no necesita la tradicional tarjeta identificativa que sus empleados pueden perder e intercambiar entre sí. Una versión desmaterializada es mucho más fiable y permite gestionar los accesos al detalle -entrada y salida – y compartimentar las zonas de la empresa a las que las personas ajenas no tienen derecho de acceso. Este tipo de control de acceso también puede desactivarse a distancia una vez finalizado el periodo de trabajo del empleado, por ejemplo en el caso de los contratos temporales y de duración determinada.
      • Como parte del enfoque de oficina flexible, los smart buildings están integrando aplicaciones de reserva de escritorios como Sharvy para garantizar que los madrugadores no se queden sin elección y que las plazas escaseen después de las 9 de la mañana. Esto le permite alejarse del sistema tradicional de oficina flexible, que se basa en el principio de “el primero que llega es el primero que se sienta“. Sus empleados pueden reservar asiento antes de llegar.
      • ¿Una reunión durante el día? En un smart building, la propia sala regula sus equipos para alcanzar el nivel de confort definido por el empleado (intensidad de la iluminación, temperatura ambiente, ventilación para la IAQ). Los empleados pueden cambiar estos ajustes en cualquier momento, a través de una aplicación dedicada, para adaptarlos a un nuevo nivel de confort.
      • ¿Quieres comer sin perder tiempo? En un smart building, los empleados pueden reservar un turno para comer a distancia. Se acabaron las colas y las largas esperas fuera de la cafetería.

Este día típico muestra claramente que los servicios de los smart buildings responden al reto de mejorar la calidad de vida y las condiciones de trabajo a varios niveles (confort, higiene, seguridad).

3.  Un espacio de trabajo más integrador que responda a los retos de la sociedad.

Esta es otra ventaja de los smart buildings que no debe pasarse por alto. En esencia, gracias a la omnipresencia de tecnologías que facilitan la vida cotidiana de los ocupantes, los edificios inteligentes permiten responder a las cuestiones cada vez más importantes de la inclusión, la igualdad y la equidad en el lugar de trabajo.

A modo de breve recordatorio, una oficina verdaderamente integradora es un lugar en el que todo el mundo se siente respetado, aceptado y apoyado, sean cuales sean sus características, como el origen, el color de la piel, el sexo, la orientación sexual, la discapacidad o el entorno sociocultural.

Por tanto, todos los empleados deben beneficiarse de la misma calidad de instalaciones y servicios.

Por ejemplo, las innovaciones tecnológicas basadas en la inteligencia artificial, la robótica y la automatización de edificios están mejorando la vida cotidiana de las personas con movilidad reducida. Basta con pulsar un botón, un gesto o una palabra para controlar una serie de equipos en el espacio de trabajo (iluminación inteligente, gestión de la temperatura, apertura y cierre de puertas, etc.). Estas tecnologías ofrecen mayor autonomía e independencia a las personas con discapacidad.

Del mismo modo, los smart buildings pueden incorporar una serie de tecnologías de asistencia.

Por ejemplo, un lector de pantalla que identifica lo que aparece en la pantalla de un empleado y se lo lee. Esta función es útil no sólo para los empleados con deficiencias visuales, sino también para aquellos a los que las pantallas brillantes provocan migrañas y otros problemas.

Al mismo tiempo, también existe tecnología de reconocimiento de voz para ayudar a los empleados a los que les resulta difícil escribir en un teclado todo el día. En su lugar, pueden decirle a su dispositivo qué escribir utilizando su voz.

4.  Un espacio de trabajo que mejora la eficiencia y la productividad de los empleados.

No cabe duda : las tecnologías integradas en los smart buildings ofrecen un sinfín de herramientas digitales que simplifican la vida cotidiana de los empleados y automatizan tareas de escaso valor añadido, lo que aumenta considerablemente su productividad.

Del mismo modo, el smart building abre las puertas a la oficina inteligente, que ofrece a los empleados un ecosistema de plataformas, IoT, servicios y diversas aplicaciones de software que mejoran significativamente su rendimiento y, en correlación, ¡los resultados de la empresa! El IoT, por ejemplo, puede reducir la pesadez de ciertas profesiones y agilizar los procesos empresariales

5.  El smart building se anticipa a las deficiencias para garantizar un uso óptimo del edificio.

Durante el día, el edificio era agradable de usar para todos los empleados, en parte porque los demás servicios funcionaban bien sin que se dieran cuenta.

Equipadas con sensores, las instalaciones de un smart building (ascensores, montacargas, maquinaria, etc.) están conectadas a un sistema de inteligencia artificial que utiliza el aprendizaje automático para anticipar los riesgos de mal funcionamiento.

La amplia información sobre la salud de los sistemas se comunica en tiempo real. Por eso se envía una alerta si se detecta una avería inusual.

Así, un técnico puede desplazarse al lugar incluso antes de que aparezca el problema y llevar a cabo un mantenimiento preventivo. De este modo, se evitan las averías. Por ejemplo, si el ascensor estuviera a punto de averiarse, se activaría una alarma y el técnico acudiría al lugar para repararlo. Es una gran noticia para todos los empleados y, en particular, para las personas con movilidad reducida (PMR), que se ahorran las molestias del día.

Dependiendo de la naturaleza del problema, las averías pueden incluso resolverse a distancia, sin tener que esperar a que un conserje o un miembro del personal detecte el fallo y se ponga en contacto con un técnico.

Smart building : ¿cuáles son las ventajas para las empresas?

1. Anticipación de las tendencias de ocupación y utilización.

En los últimos años, los nuevos paradigmas en el mundo laboral (flex office, hot desking, corpoworking) y la implantación del trabajo híbrido han planteado una serie de retos organizativos. En respuesta a estos retos, están surgiendo soluciones en forma de smart buildings.

Gracias a las numerosas tecnologías instaladas en todos los rincones del edificio y a diversos sensores, el smart building puede medir la tasa de ocupación real de los espacios de trabajo (salas de reuniones, espacios abiertos, locutorios, etc.). Los datos recogidos se almacenan en una solución SaaS como Sharvy.

Cabe señalar que, contrariamente a lo que se cree, los datos generados por los sensores son totalmente anónimos y sólo se utilizan para optimizar los espacios de trabajo, desde el punto de vista de la propiedad, para gestionar y desarrollar el lugar de trabajo.

Gracias a la solución SaaS, los sensores proporcionan información valiosa tanto a los empresarios como a los empleados.

      • Para los empleados : con una oficina flexible, pueden gestionar y reservar los espacios de trabajo (y los equipos) que necesiten durante la semana (un puesto de trabajo de doble pantalla, una sala de reuniones, una sala de reunión, etc.). De este modo, se eliminan frustraciones y preguntas existenciales como “¿habrá un puesto de trabajo disponible cuando llegue?
      • Para los empresarios : es obvio que ciertos días serán más ocupados en términos de ocupación. Sin embargo, gracias a los datos recogidos por los sensores, unidos a una solución SaaS de reserva de espacios, pueden anticiparse a los picos de ocupación.

En última instancia, el smart building permitirá a los empresarios tomar las decisiones de gestión adecuadas, proporcionando una base fiable para ajustar la tasa de oficinas compartidas de los espacios de trabajo. Al mismo tiempo, los equipos de limpieza y mantenimiento podrán saber en tiempo real qué espacios hay que limpiar y qué tareas hay que realizar.

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2.  Mejorar el día a día de los gestores de instalaciones.

Al igual que la domótica a escala de una vivienda, la automatización de edificios se aplica a mayor escala y es adecuada para todas las categorías de edificios : terciarios, residenciales y de servicios (hospitales, fábricas, escuelas, etc.).

En esencia, la automatización de edificios promueve la interconexión e interacción entre las distintas instalaciones técnicas de un edificio. Gracias a una serie de sensores – de movimiento, luz, calor, etc. -, actuadores, programas y software, los gestores de instalaciones pueden mejorar fácilmente su trabajo diario.

Gracias a estas tecnologías, pueden crear diversos escenarios. Por ejemplo, pueden imaginar un escenario de “Fin de la jornada laboral” que comience a las 19.00 horas. A partir de esa hora, se bloquea el acceso al edificio y se apagan todas las luces y la calefacción. Por último, se activan las cámaras de vigilancia y los detectores de movimiento.

3. El smart building ofrece una ganancia (no despreciable) en seguridad.

Los smart buildings son capaces de mejorar los sistemas de seguridad del edificio mediante una gestión centralizada y 100% autónoma de sus sistemas de vigilancia y alarmas a distancia.

Por ejemplo, pueden detectar un aumento anormal de la temperatura incluso antes de que se detecte humo, detectar y rastrear una fuga de agua, comprobar que puertas y ventanas están cerradas, etcétera. Todos indicadores que anticipan y evitan tragedias.

Al mismo tiempo, y gracias a la gestión automatizada de accesos de “nueva generación”, el edificio inteligente permite controlar y gestionar eficazmente el flujo de personas que entran y salen del edificio. Esto permite proteger el edificio y a los empleados que se encuentran en él, autorizando el acceso únicamente a las personas autorizadas : desde el aparcamiento hasta las puertas del edificio.

4.  Una solución para evitar el derroche de energía en los edificios.

Con la crisis ecológica como telón de fondo, España ha hecho de la reducción del consumo de energía una de sus prioridades. El smart building es una de las soluciones perfectamente adaptadas a la tarea, gracias a una ingeniosa gestión de la energía dentro del edificio.

La razón es que en un smart building, la gestión de la iluminación, el aire acondicionado, la ventilación y la calefacción se optimiza para reducir el derroche de energía.

Al mismo tiempo, todos los datos recogidos por los distintos sensores permiten a los empresarios y propietarios conocer el consumo del edificio, las zonas que consumen más energía y las zonas de pérdida de calor. Esta cartografía inteligente de los edificios permite ajustar los equipos y adoptar buenas prácticas. Gracias a la ubicuidad de las tecnologías y los sensores, esta vigilancia del consumo de energía no es un hecho puntual, sino permanente.

Como resultado, las necesidades energéticas de todo el edificio se adaptan a las necesidades reales de los empleados, y no a las que dicen tener, ¡que son muy distintas! Esto significa que los costes pueden reducirse drásticamente.

Un ejemplo es un sistema para regular la temperatura de un edificio en función de su grado de ocupación. En verano, muchos empleados están de vacaciones. Como consecuencia, muchas habitaciones y espacios abiertos pueden estar vacíos. Estos espacios necesitarán menos aire acondicionado que una sala llena, donde el número de empleados presentes calienta el espacio.

5. La construcción inteligente mejora la marca del empleador.

Los smart buildings forman parte de un planteamiento global de preservación del medio ambiente, en consonancia con los objetivos de la RSE. Una empresa que elige un smart building como nueva oficina transmite ante todo una imagen positiva de empresa preocupada por el medio ambiente.

Al mismo tiempo, la sede de la empresa será directamente más atractiva para los futuros empleados. Además del creciente interés por las nuevas tecnologías en el lugar de trabajo, los candidatos están cada vez más interesados en trabajar para una empresa cercana a sus valores, en línea con sus propios compromisos y su ética.

Y lo que es más, mudarse a un smart building también le da la oportunidad de obtener etiquetas y certificaciones que demuestran el compromiso de su empresa con el medio ambiente y mejoran su marca como empleador. Desde Haute Qualité Environnementale (HQE) hasta Building Research Establishment Environmental Assessment Method (BREEAM), hay muchas etiquetas internacionales que reconocen los esfuerzos de una empresa por proteger el medio ambiente y a sus empleados.

¿Cuáles son los riesgos (potenciales) de los smart buildings?

A pesar de sus muchas ventajas, la construcción inteligente no está exenta de inconvenientes.

En primer lugar, el edificio es (aún) más vulnerable a los ataques informáticos. Para limitar esta vulnerabilidad, se necesita una conexión a Internet constante y fiable en todo momento.

Al mismo tiempo, es importante garantizar que los datos privados de los empleados se tratan de forma responsable y de conformidad con la normativa de protección de datos. Esto significa ser transparente sobre cómo se recopilan, utilizan y comparten los datos. Respetar el consentimiento de los empleados es, por tanto, un requisito previo esencial.

En última instancia, aunque los smart buildings ayudan a reducir los costes de funcionamiento de los edificios a largo plazo, también es importante darse cuenta de que la instalación de las distintas tecnologías representa una inversión inicial bastante considerable. Esto es especialmente cierto para las empresas muy pequeñas. Y aunque los costes dependen en gran medida del tamaño del edificio y del número de soluciones instaladas, es importante tenerlo en cuenta.

En conclusión

No cabe duda : transformar un edificio en un smart building es una respuesta pragmática a los nuevos paradigmas del mundo laboral y, sobre todo, a las nuevas aspiraciones de millones de hombres y mujeres a los que ya no se puede convencer con el argumento económico.

Ante el aumento de la infelicidad en el lugar de trabajo y la dificultad de atraer a jóvenes talentos, ¡se está convirtiendo en un mediador armonioso para el calidad de vida y la sostenibilidad de las empresas!

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¿Por qué el smart building es cada vez más atractivo para los empresarios?

Sólo los edificios terciarios y residenciales representan más de la mitad del consumo total de energía en España. Dadas sus ventajas económicas y medioambientales, el smart building es una excelente alternativa a los edificios convencionales.

Permite controlar y gestionar mejor el consumo de energía y las posibles pérdidas. Al mismo tiempo, proporciona a los empleados mejores condiciones de trabajo y una visión mejorada y optimizada de sus espacios de trabajo.

¿Presentan los smart buildings un riesgo de sobreexposición a las ondas electromagnéticas?

Aunque ningún estudio ha concluido todavía que las ondas electromagnéticas de los smart buildings sean peligrosas, el tema sigue siendo objeto de debate en el mundo científico. Entre otras cosas, por la aparición en los últimos años de trastornos de electrohipersensibilidad (EHS) en algunas personas.

Por eso, para limitar los campos de ondas electromagnéticas en las oficinas, desde el 1 de enero de 2017 un decreto obliga a todo empresario a realizar una evaluación de riesgos en su edificio. A continuación, deben elaborar un documento único de evaluación de riesgos (DUER).

En caso de resultados dudosos, no se aplicará ninguna sanción, pero se darán consejos y se prescribirá un examen médico.

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